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lunes, 9 de diciembre de 2013

la cultura mochica y el oro lunar

LOS MOCHICAS Y EL ORO LUNAR
Los Mochicas de la costa del Perú, radicados en los valles centrales de ésta, teniendo como centro las pirámides del Sol y de la Luna en Moche, desarrollaron antes que los demás pueblos del Perú el arte de la metalurgia. Dominaron las técnicas de la soldadura, el martillado, fundido, repujado, dorado, esmaltado y la técnica de la cera perdida. Al mismo tiempo que decoraban su cerámica en dos colores, ocre y crema, con dibujos ágiles y finos con escenas de cetrería o de guerra, de frutos y plantas, como también de seres monstruosos idealizados, perfeccionaron la orfebrería áurea forjando ídolos y máscaras, adornos e instrumentos, armas, vasos repujados, collares y tupus, brazaletes y ojotas, orejeras y aretes, tiranas para depilar, cetros, porras, cascos, tumis o cuchillos ceremoniales incrustados de turquesas y esmeraldas, vasos retratos de oro puro, rodelas de oro con estilizaciones zoomorfas e ídolos grotescos coronados con una diadema semilunar. En todos ellos parece que el oro argentado del Perú recibe el pálido reflejo lunar; y la imagen de la luna, diosa nocturna del arenal y del mar, inspira a los artífices chimús formas decorativas y homenajes litúrgicos, que se materializan en la diadema semilunar de los ídolos o héroes civilizadores y en la predilección por los símbolos de la araña y el zorro. Esta metalurgia ceremonial, religiosa o civil, reviste las formas más caprichosas y gráciles, con laminillas de oro en forma de rayos, campanillas o cascabeles en que el oro es hueco, o pesados objetos en los que se imita el arte lítico o la cerámica: vasos de oro y turquesas, huacos de oro como el ejemplar único exhibido por Mujica en los grabados de esta Colección. Toda esta feérica bisutería dorada de los imagineros mochicas, como más tarde de sus sucesores los Chimús –que acaso recibieran ya el influjo quimbaya– fue asimilada, en parte, en lo técnico, por el arte sobrio de los Incas, pero se perdió el estilo y el alma de los orfebres de Moche, Lambayeque y Chanchán. Los Incas, al conquistar el señorío de Chimú y su capital Chanchán, con Túpac Inca Yupanqui, por cuanto los yungas de la región –dice Cieza–"son hábiles para labrar metales, muchos dellos fueron llevados al Cuzco y a las cabeceras de las provincias donde labraban plata y oro en joyas, vasijas y vasos y lo que mas mandado les era".

viernes, 6 de diciembre de 2013

PROCESOS PARA DETECTAR ORO


Instrucciones

    Los yacimientos de oro

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    Muchos naufragios de la antigüedad aún esconden tesoros.
    Hemera Technologies/PhotoObjects.net/Getty Images
    Aunque parezca algo propio del cine, muchos cargamentos de oro de los que se perdieron en el pasado permanecen enterrados en algunos lugares. Revisa libros de Historia y mapas antiguos para conocer los itinerarios de caravanas, ejércitos o grupos de bandidos. Ten en cuenta que algunas personas ricas y excéntricas tienen la costumbre de enterrar sus objetos más valiosos alrededor de sus casas. A veces fallecen y estos tesoros quedan olvidados. Haz una lista de las posibles ubicaciones y rastrea el terreno con un detector.
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    El  péndulo puede captar cambios electromagnéticos.
    Jupiterimages/liquidlibrary/Getty Images
    Incluye en tu lista las minas abandonadas y los túneles bajo las iglesias antiguas. Solicita un permiso para acceder a alguna de estas minas y empezar la prospección. Consigue un mapa o plano del área elegida, de escala 1:50.000 o 1:25.000. Prueba a utilizar un péndulo. La radiestesia es un método empleado por muchos buscadores de oro para obtener puntos de atracción en un mapa. Te evitará el esfuerzo de recorrer extensiones de terreno que podrían alcanzar las 20 o 30 mil hectáreas y demorar tu trabajo durante meses, e incluso años.
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    Explorar un yacimiento es una tarea minuciosa.
    Thinkstock Images/Comstock/Getty Images
    Realiza un muestreo del yacimiento, realizando pruebas en distintas zonas. Escarba un poco para sacar un trozo de material. Muele la muestra sobre una roca plana con una piedra o un martillo. Introduce el polvo obtenido en una bolsa hermética con ayuda de una brocha. El lento proceso de erosión de los montes hace aflorar el oro contenido en vetas de oro nativo, que por lo general se hallan en las capas de cuarzo. Una muestra de piedras de veta u oro de roca arroja una cola de oro apreciable a simple vista. Utiliza anteojos de aumento para identificarlas mejor.
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    El lavado de oro requiere mucha paciencia y práctica.
    Comstock/Comstock/Getty Images
    Busca oro en remansos de ríos o arroyos, donde no haya corriente de agua. Ahí se deposita el oro en forma de pepitas, fragmentos o partículas. Excava un poco con la pala para sacar material. Deposítalo en la bandeja y sumerge esta en el agua, realizando un movimiento giratorio. Pasa la bandeja por un tamiz. Sumerge la bandeja de nuevo para lavar la arena. Cuando el oro esté a la vista, ladea la bandeja para separarlo de la suciedad. Filtra el oro en una botella con agua y colócalo en un tubo de vidrio o plástico transparente.

    Los detectores de metales

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    Los campos magnéticos permiten detectar el metal.
    Photodisc/Photodisc/Getty Images
    Los detectores de metales funcionan por el magnetismo. El detector crea un campo magnético a través de una bobina de cable, y lo orienta a través de la superficie del suelo. Otro de sus circuitos recibe las ondas del campo magnético y emite un sonido que puedes escuchar a través de un altavoz. Cuanto más grande sea la bobina de cable, mayor será la sensibilidad del detector. Determina qué tipo de detector de metales resulta más apropiado para el terreno que vas a explorar y para tu presupuesto. Una opción que te ahorrará dinero es fabricarlo tú mismo.
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    Depósitos de minerales en Yellowstone Park.
    Thinkstock/Comstock/Getty Images
    Existe otro instrumento muy eficaz en la detección de depósitos de minerales, y muy utilizado en países de abundantes minas, como Chile. Se trata de un instrumento direccional ultrasensible para la localización de metales preciosos. Consiste básicamente en un cartucho magnético que contiene cristales especiales y una antena giratoria. Introduce una muestra de oro en el cartucho y sujétalo como si fuera una pistola, apuntando hacia delante. Muévete describiendo círculos de 360º. La antena dará indicaciones direccionales cuando localice el metal.
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    El imán integrado en el teléfono móvil no es muy potente.
    Thomas Northcut/Photodisc/Getty Images
    La tecnología apunta cada vez más alto, y prueba de ello son las nuevas aplicaciones para detectar metales de algunos teléfonos móviles. Los modelos Android, iPhone 3GS, Nokia N97 y Samsung Omnia HD pueden actuar como detectores gracias a que llevan integrado un magnetómetro. Elige uno de ellos y configura la opción de detectar metal. Acerca tu celular a cualquier objeto metálico. El detector te avisará con un sonido o vibración, según el tono que hayas elegido. Recuerda que los objetos metálicos deben estar sobre la superficie de la tierra y cerca del móvil para ser percibidos.

¿Es posible convertir el plomo en oro?


¿Es posible convertir plomo en oro?

Muy buenos días, familia barinesa. Estoy seguro que el título de este artículo les llamó la atención tanto como a mí. Esperemos entonces que les quede claro la respuesta a esa interrogante. Pero antes de conocer la respuesta, debemos conocer, un poco, los antecedentes que originaron la pregunta. 
En la historia de la ciencia, la alquimia (del árabe الكيمياء [al-kīmiyā]) es una antigua práctica protocientífica y una disciplina filosófica que combina elementos de la química, la metalurgia, la física, la medicina, la astrología, la semiótica, el misticismo, el espiritualismo y el arte. La alquimia fue practicada en Mesopotamia, el antiguo Egipto, Persia, la India y China, en la antigua Grecia y el imperio romano, en el imperio islámico y después en Europa hasta el siglo XIX, en una compleja red de escuelas y sistemas filosóficos que abarca al menos 2.500 años. Actualmente es de interés para los historiadores de la ciencia y la filosofía, por sus aspectos místicos, esotéricos y artísticos.
La alquimia fue una de las principales precursoras de las ciencias modernas, y muchas de las sustancias, herramientas y procesos de la antigua alquimia han servido como pilares fundamentales de las modernas industrias químicas y metalúrgicas. Aunque la alquimia adopta muchas formas, en la cultura popular es citada con mayor frecuencia en historias, películas, espectáculos y juegos como el proceso usado para transformar plomo (u otros elementos) en oro. Obviamente, en la antigüedad, la búsqueda de métodos para obtener riquezas fácilmente era tan intensa como lo es en nuestros días. Sin embargo, las sociedades y la ciencia han creado otros mecanismos de enriquecimiento más expeditos y menos complicados que la transmutación de elementos.
Los alquimistas buscaban constantemente la piedra filosofal, la cual era una sustancia que, según los alquimistas, estaba dotada de propiedades extraordinarias, como la  capacidad de transmutar los metales vulgares en oro. Existirían, según ellos, dos tipos de piedra filosofal: La roja, supuestamente capaz de transmutar, con sólo tocar,  metales innobles en oro; y la blanca, cuyo uso transformaría dichos metales innobles en plata. Esto se lograría por vía húmeda, es decir, mediante reacciones químicas. En ambos casos la substancia de partida era la pirita de hierro (disulfuro de hierro, FeS2, mejor conocido como “oro de tontos” … ¿Sorprendidos?).
El oro siempre ha sido atractivo para las ambiciones humanas.

El oro siempre ha sido atractivo para las ambiciones humanas.

A esta propiedad se le adicionaban dos atributos mágicos: Provisión de un elixir de larga vida a tal grado de conferir inmortalidad, mediante la panacea universal para aniquilar cualquier enfermedad y, dotación de omnisciencia: conocimiento absoluto del pasado y del futuro, del bien y del mal, lo cual explicaría también el adjetivo "filosofal" ya que hasta el siglo XVIII, a los científicos se les denominaba filósofos. Es decir, si llegaras a obtener la piedra filosofal serías un dios inmortal, omnisapiente y además, muy muy rico.
Luego de que por muchos siglos los alquimistas buscaran transformar el plomo en oro, la ciencia sustituyó a la alquimia. La química y la física dieron enormes pasos en este sentido. Las investigaciones y descubrimientos de comienzos del siglo XX en lo relativo a  física nuclear condujeron a un conocimiento más profundo de la naturaleza de materia y de su posibilidad de transformación.  Se determinó, por ejemplo, que la unidad constitutiva de la materia se llama átomo, el cual es sumamente pequeño. En términos simples, esta unidad de la materia se conforma de tres partículas fundamentales ( existen otras, pero trataremos de no hacer más complejo el artículo): Electrones, protones y neutrones. El electrón es muy pequeño y de naturaleza eléctrica negativa; el cual se mueve alrededor de un núcleo, mucho más grande. En este núcleo, se concentra el 99 % de la masa del átomo y en él se encuentran los protones, partículas cuya masa es aproximadamente 1820 veces mayor a la del electrón, de naturaleza eléctrica positiva. En ese mismo núcleo se encuentran los neutrones, muy parecidos a los protones, pero sin carga eléctrica.
 
Representación simple de un átomo.

Representación simple de un átomo.

Todos los átomos de un elemento son iguales entre sí, pero diferentes a los átomos de otros elementos. La diferencia radica en el número de protones que hay en el núcleo. Si hay un solo protón  es hidrógeno, pero si hay dos protones es helio. El número de protones en el núcleo se le llama número atómico y éste es similar al número de cédula de cada individuo venezolano, es decir, un número único para cada individuo asi como un número atómico único para cada elemento.
Si la identidad de un átomo radica en el número de protones que tienes en su núcleo, entonces ¿Podríamos sacar o meter protones en los núcleos, transformándo los elementos, transmutándolos? La respuesta es . La idea de convertir plomo en oro es posible, ya que basta con extraer 3 protones de un átomo de plomo (de 82 protones) para obtener un átomo de oro (de 79 protones). El problema es que no es nada fácil hacerlo. En primer lugar, se necesita cantidades enormes de energía para realizar esos cambios, y en segundo lugar, cuando finalmente sucede, se desprende cantidades enormes de energía, muy difíciles de controlar. Por ejemplo para transformar una pequeña cantidad de hidrogeno en helio, es decir, añadir un protón al hidrógeno, la energía liberada sería fácilmente visualizada al observar la explosión de una bomba nuclear de hidrógeno ( el elemento mas simple de la naturaleza).  Las investigaciones y descubrimientos de comienzos del siglo XX en lo relativo a  física nuclear y física cuántica condujeron a los experimentos de fisión nuclear en 1939 por Lise Meitner (trabajo basado en los de Otto Hahn), y la fusión nuclear por Hans Bethe ese mismo año. Estos experimentos permitieron crear átomos a partir de otros, utilizando elementos con muchos protones en los núcleos de sus átomos (uranio, plutonio) los cuales se los rompen formando átomos de elementos más pequeños. Los efectos son catastróficos.
Actualmente, el Laboratorio Europeo de Partículas (CEREM), ha utilizado un acelerador de partículas subatómicas, para convertir el plomo en oro, haciendo chocar otras partículas a grandes velocidades para arrancar los protones de los núcleos más pesados. Lo anterior se suma a experimentos realizados en Rusia sobre el mismo tema y los resultados parecen ser los mismos: es posible convertir el plomo en oro, pero se gasta mucha energía en el proceso, lo que lo hace que no se rentable y sigue siendo muy peligroso.
 
Porción del acelerador de partículas del CEREM

Porción del acelerador de partículas del CEREM

Personalmente, pienso que la transmutación que estamos buscando no se refiere a algo tan superficial como convertir plomo en oro, el carbón en diamante, el agua en vino, para hacernos ricos y vivir como reyes. Si algo tan consistente como el plomo puede cambiar, ¿Es posible el cambio dentro del ser humano? ¿Cuál puede ser su mecanismo? ¿Con qué tecnología podríamos llegar a ser mejores personas? A pesar del avance de la ciencia, todavía estamos en la prehistoria en cuanto al aspecto espiritual del ser humano. A veces pienso que el verdadero talento con frecuencia muere dentro de nosotros, asfixiado por las normas, directrices, procedimientos y barreras que cada día creamos y nos van creando a nuestro alrededor.
 
Aristóteles dijo que “somos lo que hacemos constantemente”. La excelencia, pues, no es una acción: es un hábito!

jueves, 5 de diciembre de 2013

el alquimista y sus trabajos

¿Cómo trabaja el alquimista?
Veamos, ahora, cómo trabaja el alquimista, cuales son las operaciones básicas que debe realizar para llegar a alcanzar este fin máximo, esta anhelada meta que es la Piedra filosofal.
A este respecto, hay que advertirlo, los libros alquímicos son deliberadamente oscuros, ya que el método de obtención de la Piedra filosofal forma parte del Gran Secreto. No obstante, si bien el proceso completo y detallado no se halla descrito en ningún sitio (o mejor dicho, se halla descrito en casi todos los grimorios en multitud de formas completamente distintas, pero de un modo totalmente ineficaz), si podemos reconstruir a grandes rasgos las distintas operaciones a las que debe dedicarse el alquimista a lo largo de su Obra.
Vamos a verlas.
La primera operación que debe llevar a buen término es la preparación y purificación de los elementos. Para eso usará tres de ellos: un mineral de hierro, una pirita arseniosa por ejemplo (en cuyo interior se hallan el arsénico y el antimonio como impurezas); un metal, hierro, plomo o más comúnmente mercurio; y un ácido orgánico, el tartárico o el cítrico por ejemplo.
Todos estos elementos deben ser mezclados por el alquimista cuidadosa y concienzudamente. La operación, así, durará varios meses, ya que uno de los condicionamientos en los que si están de acuerdo todos los libros de Alquimia es en que las operaciones alquímicas son un proceso largo, enormemente largo: el alquimista nunca deberá tener prisa...
Una vez realizada concienzudamente la mezcla, el alquimista deberá empezar a calentar el preparado de una forma progresiva, teniendo buen cuidado al hacerlo, ya que la elevación de la temperatura hace que de la mezcla se desprendan gases tóxicos, a los que hay que atribuir la muerte de más de un alquimista descuidado.
La mezcla así preparada se disuelve después mediante un ácido... y esta disolución (esto es muy importante para el alquimista) debe hacerse a la luz de la Luna. Esto parecería ser un condicionamiento innecesario de naturaleza puramente supersticiosa, sino fuera porque actualmente se ha descubierto una razón que podríamos llamar científica: esta disolución obtiene sus resultados más óptimos cuando se realiza, como hace la química moderna, bajo una luz polarizada... y la Luna envía a la Tierra precisamente luz polarizada.
Obtenido todo lo reseñado, hay que proceder a purificar la mezcla. Esto se consigue evaporando la parte líquida y calcinando después la sólida. Una y otra vez. Sin descanso.
¿Por qué tantas veces? Los libros de Alquimia no nos dan una respuesta concreta: simplemente, nos dicen, ha de hacerse. Tal vez, cabe suponer, se busque una intensa purificación del compuesto; tal vez se necesite alcanzar una cierta condición del preparado que sólo obtenga tras un repetido proceso de evaporación y calcinación; tal vez (y entramos de nuevo en la Alquimia esotérica) este sea un simple método de conseguir, a través de la infatigable labor del alquimista, una cierta disposición interior. No por nada los alquimistas hablan de que es necesario buscar "la lenta condensación del espíritu universal".
Este lento y continuado evaporar y calcinar, una y otra vez, marca el final de la primera fase de las operaciones. ¿Cuándo se llega a este final? Los libros de Alquimia no son tampoco explícitos a este respecto: "en un determinado momento (no precisan cuál) el alquimista considerará que ha terminado la primera fase, y podrá iniciar la segunda". Para ello añadirá un oxidante a la mezcla trabajada... y volverá a reanudar el ciclo anterior: disolver, evaporar, calcinar. ¿Durante cuánto tiempo? Mucho: meses, años... hasta que descubra, en la mezcla, la presencia de la Señal.
 
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El instrumental alquímico.

El instrumental alquímico.
Es en Grecia donde la Alquimia empieza a adquirir algunas de sus características que más tarde se harán definitivas. Una de ellas, la primera y más importante, es el proceso de destilación. Hasta los primeros alquimistas griegos, la destilación era algo completamente desconocido en el mundo. La primera descripción de un alambique que ha llegado hasta nosotros se atribuye a uno de los primeros alquimistas femeninos conocidos, María la Judía, y es citado a su vez por otro de los alquimistas más célebres de la antigüedad, Zósimo, gracias a cuyos escritos ha llegado hasta nosotros buena parte de la Alquimia griega. Este aparato (que esencialmente no sufrió ninguna variación hasta 1860) nos es descrito por Zósimo como un alambique de tres brazos, cuya utilidad (la de los tres brazos) no ha quedado aún suficientemente aclarada, ya que no estriba en la selección de los productos destilados, y se ignora cualquier otra posible aplicación. De todos modos, el alambique de tres brazos o tribikos fue muy usado a lo largo de los años por todos los alquimistas, al igual que el más normal de dos brazos o dibikos. A María la Judía se le atribuyen también otros varios inventos alquímicos, como son el método de calentar una sustancia mediante vapor de agua (método que en muchos países se conoce aún por "baño de maría"), y el Kerotaxis.
El atanor es el instrumento básico del alquimista. Es un horno, pero se le conoce por atanor, ya que proviene del árabe al-tannur, que significa precisamente eso, "el horno". El horno alquímico, según la descripción que de él nos hace el alquimista Geber, ha de ser "cuadrado, de cuatro pies de longitud, tres de anchura, y un grosor de medio pie en las paredes". Los materiales a calcinar deben ser colocados dentro del horno en cazuelas de arcilla lo más resistentes posible,"como la arcilla que se emplea para la formación de crisoles, a fin de que puedan resistir la fuerza del fuego, incluso hasta la combustión total de la cosa a calcinar".
Estos dos instrumentos básicos de las operaciones alquímicas no eran sin embargo los únicos. Para llevar a cabo su Gran Obra (es decir, la obtención de la Piedra Filosofal), el alquimista debía cumplir numerosas operaciones distintas, entre las cuales las más importantes eran la calcinación, la sublimación, la fusión, la cristalización y la destilación, para las cuales necesitaban de un heterogéneo instrumental, que según el inventario de algunos alquimistas comprendía más de ochenta aparatos distintos: hornos, lámparas, baños de agua y de ceniza, camas de estiércol, hornos de reverbero, ollas de escoria, crisoles, platos, vasos, jarras, frascos, redomas, morteros, filtros, cazos, coladores, batidores, alambiques, sublimadores... sin contar una serie de aparatos auxiliares como tenazas, soportes, etc. Y todos estos utensilios eran de fabricación realmente casera, ya que no existía en aquel tiempo una industria capaz de surtir al alquimista de todo su complejo arsenal.
El alquimista, pues, debía diseñar por sí mismo su instrumental, basándose para ello en las descripciones de los mismos aparatos que hallaba en los libros antiguos.
Por otro lado, y por motivos que veremos más adelante, el alquimista debía tener buen cuidado en escoger a quien debía hacerle los instrumentos, ya que los recelos y la codicia eran muchos y no todo el mundo merecía confianza.
El Kerotaxis era un aparato usado para tratar los metales con vapores de otros metales, ácidos u otras sustancias, operación importante dentro del conjunto de labores alquímicas.
En la parte inferior del instrumento se colocaba la sustancia vaporizable; en el centro, la paleta propiamente dicha, conteniendo el metal que debía ser atacado por los vapores. Bajo la acción del calor, la sustancia desprendía sus vapores, una parte de los cuales atacaba el metal, mientras que el resto se condensaba en la parte superior del aparato, resbalando por las paredes de nuevo hacia la parte inferior y volviendo a reanudar el ciclo, con lo cual se establecía un flujo continuo de vapores.

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domingo, 24 de noviembre de 2013

ASALTO POR EL ORO DE MADRE DE DIOS

ORO ILEGAL EN MIRA DE LOS DELINCUENTES
Puerto Maldonado.
La trocha que sale del kilómetro 24 de la Carretera Interoceánica hacia las comunidades de San Jacinto y Tres Islas, en Madre de Dios, no es un camino que los habitantes de este lugar quieran volver a transitar. El sábado 15 de junio, víspera del Día del Padre, entre las 11 a.m. y las 2 p.m., diez hombres armados con pistolas y AKM detuvieron todas las camionetas que recorrían esa ruta, las escondieron una tras otra detrás de los matorrales y asaltaron a más de 50 comuneros de San Jacinto. Los tuvieron allí, boca abajo, maniatados, durante casi tres horas. Jorge Payaba, presidente de la comunidad de Tres Islas, recorre ahora con miedo el lugar: “Todito les han revisado, ellos sabían que el sábado sacan el oro de la comunidad para vender o pagar”, dice.
Las víctimas vivían en la comunidad de San Jacinto, vecina a Tres Islas y que también se dedica a la extracción minera. En el lugar, dentro del territorio de la comunidad, solo quedan ahora varios metros cuadrados de pastos aplastados, prendas abandonadas por los asaltantes, una mochila casi nueva, las medias de un niño de no más de 1 año, pequeños plásticos negros con los que se envuelve el oro y las cuerdas que usaron los delincuentes para amarrar las manos y piernas de sus víctimas. Ninguno de los comuneros ha querido volver al lugar desde entonces. Ahora nos acompaña un policía sin uniforme.

Violencia sin control
La fiebre por el oro ha derivado en una alarmante e inusual violencia en las zonas mineras de Madre de Dios. En los últimos meses la policía ha registrado cuatro grandes asaltos de bandas organizadas que usan armas de guerra para asaltar a los comercializadores de oro.
También en marzo de este año 12 delincuentes armados con pistolas y fusiles interceptaron una camioneta que se dirigía de Mazuco al Cusco y robaron 15 kilos de oro (valorizados en dos millones y medio de soles). Días después, la policía identificó y detuvo a cuatro de los asaltantes: uno de ellos era un policía en actividad: el suboficial César Delgado.
“Nunca antes se habían registrado tantos asaltos de este tipo, tenemos miedo de lo que pueda pasar, por eso muchos quieren comprar sus propias armas”, dice Payaba. Los habitantes de Tres Islas y San Jacinto creen que detrás de estos grandes robos podrían estar también otros malos policías. A estos asaltos se suman dos registrados en la comunidad de Kotsimba y en La Pampa, la zona de minería ilegal ubicada dentro del área de amortiguamiento del Tambopata.
Con la inseguridad y el crimen organizado también se ha acentuado el tráfico de armas. En los campamentos es usual ver a los mineros o a sus trabajadores con pistolas sobre las cinturas. La policía local señala que estas armas provendrían de la frontera con Bolivia. Pero no tiene más información.
Acoso judicial
Mientras las investigaciones contra los mineros ilegales y las bandas de delincuentes están estancadas en el Ministerio Público, la justicia en Madre de Dios actúa con inusitada celeridad para otros casos. En el 2011 la Sala Superior Mixta y de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Madre de Dios ordenó el retiro inmediato de un cerco de madera que la comunidad de Tres Islas había instalado un año antes en el ingreso de su territorio para protegerse.
Esta es la historia. En el 2010, alertados por la invasión de mineros ilegales, la comunidad instaló un puesto de vigilancia en uno de los ingresos a su territorio comunal, exactamente en el lugar donde el pasado 15 de junio ocurrió el asalto. “Queríamos saber quiénes entraban a nuestro territorio”, explica Juana Payaba Cachique, hermana de Jorge, y entonces presidenta de la comunidad.
Sin embargo, dos empresas de transporte (Mineros S.A.C. y Los Pioneros S.R.L.) interpusieron una demanda contra los dirigentes por atentar contra el libre tránsito. La segunda fiscalía penal corporativa de Tambopata aceptó la demanda y denunció penalmente a los dirigentes. Después, con inusitada celeridad, la Sala Superior Mixta y de Apelaciones de la Corte Superior de Justicia de Madre de Dios ordena el retiro inmediato del cerco de madera y la caseta.
Angustiada por las denuncias, Juana Payaba presentó una demanda de hábeas corpus ante el Tribunal Constitucional contra el fallo de la Corte Superior de Justicia. Y en setiembre del año pasado, la sentencia del TC les dio la razón: ordenó a la sala emitir una nueva resolución. “El Poder Judicial debería de haber ordenado a los transportistas restituir la tranquera y la caseta de control que destruyeron, pero hasta ahora no lo hace”, se queja Payaba. La justicia para la comunidad de Tres Islas es extrañamente lenta. Y sorda.
“Queremos protegernos y la justicia no nos deja”
JORGE PAYABA. PRESIDENTE DE LA COMUNIDAD DE TRES ISLAS
Nuestros padres llegaron hasta aquí entre la década de los 40 desde otras comunidades de Ucayali y Loreto. Habían escapado de la violencia del caucho. Eran alrededor de 30 familias. La llamaron Tres Islas porque en esa zona el cauce del río Madre de Dios forma tres pequeñas islas. Una vez asentados aquí peleamos durante años el reconocimiento de nuestra comunidad. Recién en 1994 titularon nuestras tierras y definimos nuestros linderos. Fue en ese momento que nos dimos cuenta de que varias personas habían realizado sus petitorios mineros. De los 105 petitorios mineros registrados en la comunidad solo 11 pertenecen a la misma comunidad, el resto son de personas extrañas. De esas 94 zonas de extracción minera solo 4 cuentan con autorización comunal. Nosotros no nos beneficiamos de lo que ellos sacan.
Por eso, para evitar que ingresen nuevos mineros a nuestro territorio instalamos ese puesto de control. Queremos protegernos y no nos dejan. Ha sido un largo proceso judicial. Solo el Tribunal Constitucional nos dio la razón, pero hasta ahora la Corte Superior no emite una nueva sentencia. Encima, nos han vuelto a denunciar por instalar otra reja. Ya presentamos una queja ante la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

domingo, 10 de noviembre de 2013

Metales preciosos, origen colonial del mundo moderno y destrucción de la América Indígena

Metales preciosos, origen colonial del mundo moderno y destrucción de la América Indígena


Aquí va repetirse brevemente lo muy conocido en la historia económica de Occidente: los metales preciosos venidos de América (consecuencia de la destrucción y expropiación de la América Indígena – AI) fueron esenciales para el desarrollo del capítulo conocido como Acumulación Primitiva piedra fundamental de la Revolución Industrial, culminación material de la modernidad. Claro, la modernidad no fue solo cuestión material. Eso porque esa base material generó condiciones para el aparecimiento de nuevas relaciones sociales y así, para una nueva subjetividad que aceptó, por ejemplo, la posibilidad de la igualdad entre los seres humanos. Por ejemplo Aníbal Quijano ha recuperado la idea de que solo después de la experiencia del contacto con las sociedades indígenas americanas fue posible, en Europa, escribir obras como Utopía (Thomas Moore) que constituyó un auténtico corte histórico en la forma de concebir sociedades socialmente justas. Antes de Utopía esas sociedades se encontrarían solo retornando al pasado (al Paraíso Perdido, etc.) lo que históricamente es imposible; después de Utopía: luchando por construirlas en el futuro lo que históricamente es posible. Y en todo eso el Mundo de los Incas jugó un papel de primer orden bastando recordar que, hasta el período de Los Enciclopedistas (1780s), el libro Los Comentarios Reales de los Incas fue publicado más de diez veces. En todo el período colonial nadie escribió algo equivalente al libro del Inca Garcilaso de la Vega para influenciar el imaginario europeo en su visión de la AI. Pero lo extraordinario a destacar es que la nueva situación que fue generándose en Europa, que abrió las puertas a los ideales de igualdad, libertad etc., se basó en la simultánea explotación y destrucción de la AI en la que fue generalizándose la desigualdad y la  opresión. Esa es la gran ironía (o contradicción) de la Era Moderna sintetizada en la frase origen colonial del mundo moderno. Y esa contradicción continúa no resuelta y por eso el Mundo Moderno (1492 hasta hoy) infelizmente, y a pesar de las posibilidades  que generó, aún no superó la antigua diferencia entre ricos y pobres, característico de toda sociedad de clases, ni la moderna constituida por el racismo construido y difundido por el mundo a partir de la destrucción de la AI.
En la destrucción de la AI todas las potencias europeas del período participaron, unas con más intensidad que otras. Aquí no se esta defendiendo la leyenda negra (ideología que pone en España la responsabilidad exclusiva por la destrucción de AI) . NO: solo se está demostrando que los conquistadores, que beneficiaron a los grupos dominantes de la España colonial, no tuvieron límites (ni materiales ni ideológicos)  para explotar la población indígena.  Pero esa España tuvo una minoría que desde el inicio protestó contra la destrucción de AI siendo su punto alto Bartolomé de las Casas. Este padre con sus luchas (que consiguieron finalmente que la iglesia reconociera que los Indios de América sí tenían alma y por lo tanto sí eran seres humanos) no solo contribuyó a frenar la liquidación de la población indígena sino que contribuyó a salvar el alma (lo mejor) de España.  Hasta dónde este autor conoce y en relación a los indios no hay equivalentes a Bartolomé de las Casas entre los colonizadores británicos (y sus continuadores, los independentistas de EUA), franceses y portugueses. El historiador francés Pierre Chaunu nos informa que los pieles rojas, al momento de la violenta llegada de los europeos, aún eran esencialmente cazadores y recolectores (y por tanto no muchos) y por eso difícilmente podían transformarse en trabajadores explotables. Así en la América del Norte (dominada por ingleses, sus continuadores independistas y franceses) resultó que, en términos de la razón colonial, obviamente que lo mejor era el indio muerto: eso explica el casi exterminio de los pieles rojas. No ocurrió lo mismo en los territorios dominados por España dónde las altas civilizaciones indígenas (Incas y Aztecas al momento de la conquista), que ya eran urbanas, habían producido no solo grandes concentraciones de población sino gente que, con relativa facilidad, podía transformarse en trabajadores explotables. Así en algún momento apareció como obvio, para la razón colonial, que lo mejor era mantener al indio vivo. En los dominios coloniales portugueses ocurrió algo parecido con la América del Norte. Allí la esclavitud de los  indígenas (constituidos casi exclusivamente por cazadores y colectores),  fue legal hasta 1758.  Entonces y debido al hecho que ella era la principal responsable del casi exterminio de los indígenas, el Marqués de Pombal pasó una ley prohibiendo la esclavitud Los indios entonces se habían transformado en importantes para justificar el principio de Uti Possidetis que Portugal esgrimía para expandir las fronteras del Brasil colonial especialmente a través de los difícilmente limitables territorios amazónicos.

Buscando El Dorado se encuentra en Amazona y San Martin

Buscando El Dorado se encuentra en Amazona y San Martin.


En la forma ya descrita están las bases materiales que explican como ese mito se generó, cristalizó y generalizó muy rápidamente. Y tanto que en 1539 ya era eso lo que estaba buscando Gonzalo Pizarro. Históricamente los acontecimientos del Rescate y del Coricancha habían ya ocurrido cuando Gonzalo Pizarro, mandado por su hermano Francisco (primer gobernador español del Perú), salió del Cuzco en 1539 en busca de El Dorado (y también de otras tierras míticas: del Clavo y la Canela). Del Cuzco, con más de un centenar de otros conquistadores y millares de los indios vencidos (literalmente en condición de esclavos para servir, cargar, etc), Gonzalo marchó hasta Guayaquil dónde encontró a su primo Francisco de Orellana. Juntos entrarían en tierras cada vez más al Oriente, bajando hasta la selva tropical en un viaje que culminaría en 1541 cuando Orellana (que por órdenes de su jefe Gonzalo se había separado de él pero, rebelándose contra las órdenes de su jefe, no regresó para re-encontrarlo) por casualidad encuentra, y navega hasta su desembocadura, al río que, a partir de lo que escribió el cronista de esa expedición Francisco de Carvajal, pasará a ser conocido como Río Amazonas. Se inició así la incorporación de la Amazonía a la historia occidental a un costo asesino: todos los indígenas obligados a acompañarlos murieron y, a su paso, todas las aldeas de los pueblos nativos amazónicos, que defendieron valientemente sus territorios, fueron atacados e incendiados. No se encontró El Dorado pero sí la más vasta floresta continua tropical de la Tierra de casi 7 millones de kilómetros cuadrados (compartida actualmente por Bolivia, Brasil, Colombia, Ecuador, Guyana, Perú, Surinam, Venezuela y Guyana Francesa, colonia de Francia), la más rica en formas de vida vegetal y animal de la masa continental mundial, la más importante fuente de  agua corriente de superficie del mundo, etc. Pero su incorporación a la historia mundial, que no ha terminado hasta hoy, fue de forma colonial (o sea, explotadora, destructiva y racista). El mito de El Dorado, como parte de esa razón colonial que emergía, fue transformándose en propulsor importante de la penetración destructiva, por parte de Occidente, en los vastos territorios del interior de América del Sur.
 


Resulta evidente que sin la búsqueda de las riquezas metalíferas de El Dorado difícilmente habrían existido las expediciones, todas destructivas, de: Gonzalo Pizarro – Orellana, Sir Walter Raleigh y de los portugueses (penetrando y expandiéndose cada vez más a través de la Amazonía. Y las bases materiales (históricas) directamente relacionadas con ese mito están en El Cuarto del Rescate y en el Coricancha. Las otras cosas importantes vinculadas a ese mito no han sido encontradas hasta hoy: ni el Gran Paititi ni el oro del Príncipe acumulado en el fondo de un lago. Estas, por lo menos hasta dónde este autor conoce, continúan ocupando el territorio de las meras leyendas: por eso su espacio es el mítico y no el histórico.

sábado, 9 de noviembre de 2013

El tesoro que Atahualpa pagó por su Rescate.

El tesoro que Atahualpa pagó por su Rescate.

Atahualpa, por su vida, hizo a Pizarro (quien aceptó) la siguiente oferta: llenaría el cuarto en que estaba preso, una vez con oro y dos veces con plata, hasta la altura a dónde llegaría el dedo medio de su mano derecha levantada estando de pié, contra la pared. Ese cuarto tenía aproximadamente 6.00 X 6.00 X 2.30 (más o menos la altura a la que Atahualpa llegó). O  sea, 6 mts. X 6 mts. X 2.30 mts.= 82.80 mts.3 o, redondeando, aproximadamente un volumen de 82 metros cúbicos o  82 toneladas (así Pizarro recibiría, en toneladas,  casi 82 de oro y 164 de plata). Atahualpa había pagado más o menos la mitad cuando le quedó claro que Pizarro lo traicionaría y mataría; entonces, secretamente, mandó que lo no pagado fuera escondido, nadie sabiendo hasta hoy dónde. Otra razón por la cual Atahualpa mandó que no se pagara más fue porque, finalmente, se convenció que el cuarto jamás se llenaría ya que, como se dice hasta hoy Cajamarca, “se lo llenaba de día y se lo vaciaba en la noche” Nuevamente allí se dio el choque de dos civilizaciones con visiones del mundo diferentes: la indígena que cumplía con la palabra empeñada y por eso llenaba; la occidental - española que no cumplía, mentía y así vaciaba porque lo único que le importaba, a cualquier costo, era obtener la mayor cantidad de metal precioso posible. Por estas razones nunca será posible saber cuanto pagó Atahualpa.
Pero asumiendo que hubiera pagado la mitad, o sea, 41 toneladas de oro y 82 de plata. Los cálculos que siguen no son exactos pero sirven para ilustrar la veracidad de la hipótesis siguiente: lo pagado por Atahualpa fue el rescate individual más alto (o sea, caro) que registra la historia humana. A precios actuales eso significaría lo siguiente. La onza troy, utilizada corrientemente en el mercado mundial para los metales preciosos, equivale a 31.1034768 gramos (para ayudar en los cálculo se redondea a 32 gramos). Así, un kilogramo (mil gramos) dividido entre los 32 gramos de cada onza troy resulta aproximadamente igual a 32 onzas troy. El precio de la onza troy es de USA $ 951.00 (novecientos cincuenta y un dólares).  Entonces, el precio de un kilogramo de oro es igual a 32 onzas X 951 = USA$ 30,432 (treinta mil cuatrocientos treinta y dos dólares). Así, una tonelada de oro es igual a USA$ 30,432 X 1000 (mil) = USA$ 30’432,000 (treinta millones y cuatrocientos treinta y dos mil dólares). Y así, cuarenta y un  toneladas de oro tendrá un precio igual a 41 X 30’432,000 = USA $ 1,247’712,000 (mil doscientos cuarenta y siete millones y setecientos doce mil dólares).
Haciendo exactamente lo mismo con las 82 toneladas de plata y llevando en cuenta que la onza troy de plata tiene por precio USA $ 14.45 (catorce dólares y cuarenta y cinco centavos),  el precio de un kilogramo de plata será igual a: 32 onzas X 14.45= USA$ 464 (cuatrocientos sesenta y cuatro dólares). Entonces la tonelada de plata será igual a: 1,000 X 464 = USA$ 464,000 (cuatrocientos sesenta y cuatro mil dólares). Y el precio de 82 toneladas será resultado de: 82 X 464,000 = USA$ 38’048,000 treinta y ocho millones y cuarenta y ocho mil dólares). Sumando el precio de las 41 toneladas de oro = USA $ 1,247’712,000 más el de las 82 de plata = USA$ 38’048,000 da un total de USA$ 1,285’760,000 (mil doscientos ochenta y cinco millones y setecientos sesenta mil dólares).
Así, lo pagado por Atahualpa por su rescate habría sido de USA$ 1,285’760,000  lo cual, sin duda alguna, es absolutamente fabuloso. Casi no hay palabras para describirlo y más si se lleva en cuenta el corto tiempo en que fue reunido (pocos meses entre la captura y la ejecución de Atahualpa) o sea, otra prueba de su abundancia por la facilidad para juntarlo. Aún asumiendo un margen de error extremo o sea que se hubiera pagado un décimo de esa cantidad aún así lo pagado por Atahualpa resulta fabuloso, casi único en la historia humana.


Por otra parte si esas cifras hasta hoy tienen un peso deslumbrante, en el siglo XVI sus  equivalentes tenían un peso mucho más grande (como se verá después). Nunca hasta entonces los ambiciosos europeos habían tenido frente a sí tantos metales preciosos juntos lo cual, pocas dudas se tiene, debió contribuir a dar rienda suelta a su ambición ilimitada consolidándose y generalizándose así la idea de que debería existir otro lugar con riquezas aún más extraordinarias y fáciles, casi esperando para ser agarradas y expropiadas usándose, claro, cualquier medio. Por eso no sorprende que, históricamente, el Mito de El Dorado haya surgido después del hecho real del Rescate. Y fue posterior también a otro gran hecho histórico, fabuloso también, como fue el saqueo del Coricancha.

lunes, 4 de noviembre de 2013

LA HISTORIA REAL COMO FUERON OCULTADOS ESTES TESOROS

Esta historia no está escrita  en ningún libro, esta versión que estoy escribiendo por primera vez corresponde a la deducción de  mis estudios de investigación basada en la recopilación de muchos relatos orales. Estoy muy seguro que provocará polémicas y muchos cuestionamientos, pero las futuras investigaciones y hallazgos me darán la razón, provocando nuevas corrientes de pensamientos aunque en los más escépticos.

En 1822, un año  después de la independencia del Perú,  el general  José de San Martín  solicitó  un préstamo de 1.200.000 libras esterlinas. Cada libra  era de oro puro y pesaba  8 gramos. Que pasaría a administrar la junta de accionista bajo la presidencia de José de san Martin. Durante todos esos años círculo la libra esterlina. En 1879 y 1883 se da la Guerra del Pacifico   Perú – Chile. Chile,  a medida que avanzaba, realizaba saqueos en todo el territorio peruano. Faltando unos 3 días para que el ejército chileno llegue Lima y al ver que las libras esterlinas del gobierno peligraban, los gobernantes del Perú tomaron  sus precauciones. Acá empieza la historia…
En aquel tiempo, el presidente de la junta que administraba el tesoro y dinero del país, era un español. Al ver que los chilenos ya estaban cerca, los objetos de oro, las libras  esterlinas y otros tesoros del país  fueron encomendados a esta persona, asignándole  un séquito compuesto por  300 soldados y 600 mulas para transportar y  ocultar todo  hasta que pase la guerra. Cumpliendo las ordenes emanadas de la superioridad  los tesoros  fueron enterrados en lugares lejanos. El español  iba anotando y  describiendo en clave  los lugares donde quedaban escondidos los tesoros y dejaba  señales en las piedras y en las  faldas de los cerros, a fin de garantizar su seguridad. Durante el camino iba dejando y  enterrando los tesoros separando dos hombres y cuatro mulas en diferentes lugares. Describía el nombre de los pueblos, de los ríos y lagunas. Daba cicuta  a los soldados y los enterraba junto a los tesoros para evitar poner en riesgo los tesoros del estado. Las descripciones parecen corresponder a  la ruta que en la actualidad abarca  los departamentos de Junín, Pasco, Huancayo y Huánuco.
Cada mula transportaba cincuenta kilos en una alforja, veinticinco kilos por lado entre oro, plata,  libras esterlinas, diamantes y piedras preciosas. Que, como ya  lo dijimos más arriba, fueron enterrados en los encañadas de los ríos, debajo de enormes piedras, en muchos lugares inimaginables, pero eso sí, siempre señaladas con claves. Los he visto pero no  logro aun descifrarlos.
El español, al finalizar su misión retorno  a Lima después de casi dos meses. Al darse cuenta que era el único poseedor del cuaderno, decidió marcharse, zarpó en el año 1883 del puerto del Callao rumbo a España sin dejar  rastros. Mientras el país estaba ocupado en la guerra nadie lo buscó, pues el que había dado la orden murió en la guerra con Chile. Recuerden que esto es real.
¿Demonios y como sabes esta historia? Se estará preguntando el lector. En 1963 aparece otro español, era el bisnieto del  español fugitivo responsable de los entierros de los tesoros. El bisnieto contrata un guía y se dirige a la sierra central  en ferrocarril. Contrata veintidós hombres  y al llegar  a Huancayo basándose en las descripciones  del cuaderno del bisabuelo logra desenterrar el primer entierro . La descripción decía  así: “Debajo de la mama pancha con donde nace su  hijo menor se van a tomar agua de mucha sed y un numero  2”.
La clave indicaba un cerro que asemejaba  una figura de mujer y una figura de un bebe, en cuya cabecera nacía el riachuelo.  En aquel lugar hallaron dos cargamentos  de esterlinas y objetos en oro. El bisnieto  llego a desenterrar en otros tres lugares más,  pago a sus hombres y retornó  a España con el cuaderno. Recién   empiezan a circular los primeros  rumores. Diez años después, en 1973 regresa nuevamente con el cuaderno y contrata un nuevo guía  que lo lleve a Huánuco, a la provincia de Ambo, allí contrata un grupo de obreros y  se dirigen a Maray Pata  hasta el lugar llamado  Yurac Caballo.
En Maray Pata tratan de ubicar la descripción y descifrar la señal, al no  lograrlo, pernoctan en  el lugar, al amanecer del día siguiente ubican un lugar, pero al amanecer del tercer día  el español al despertar se da con la ingrata sorpresa de no poseer más el cuaderno, vociferando y rogando buscó el libro por quince días, llego a ofrecer la mitad del tesoro a quien lo encontrara. Pero al ver que sus esfuerzos eran vanos, no tuvo más remedio que retornar a su país.
Desde ese entonces la  gente va y viene en búsqueda de tesoros. Repito he estado allí y  he visto las claves. También he participado en los rituales de sacar oro tapado. Una cosa les digo: “Nunca se metan con cosas que no  conocen. La metafísica da explicaciones  para los que quieran profundizar”.   
Saben ¿Por qué no habrán en ningún lado, las muestras de estas libras  esterlinas?, 

Pues han sido ocultadas y enterradas.